Últimamente me cansan terriblemente:
1- Las verdades absolutas.
2- El hecho de ser consciente de lo inútil que resulta seguir creyendo en ellas.
3- La necia obviedad de pensar que creer en ellas es fundamental para seguir viviendo.
4- Las desastrosas consecuencias que tienen las 1, 2 y 3 anteriores.
5- La libertad y relax que produce sentir la relatividad universal y eterna, consecuencia de lo anterior.
6- El caer en la cuenta del desprecio que uno tiene hacia lo tibio, lo gris, lo mediano.
7- Hablar del blanco y al tiempo del negro cuando en el fondo se siente el gris.
8- La pérdida de la fe en los seres humanos, dado el hecho de que todo el mundo es un bicho sin conciencia.
9- La irremediable vuelta a los valores a los principios irredentos, al honor, al despecho por la medianía y a la glorificación de lo básico y de la verdad.
10- Y… ¡Jop! vuelta al número 1.
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4 comentarios:
Amén. De todas formas, me to un pequeñito matiz para 6: es cierto que como no estés dispuesto a morir al pie de la letra te escupen y tal. Pero yo, personalmente, también estoy cansada del ni-sí-ni-no-ni-gris-ni-azul-quedo-bien-con-todos, que eso, claro está, no significa que no se puedan relativizar las cosas y demás.
Te juro que había leído las verduras absolutas... Ains.
Ultimamente me veo demasiado en el punto 8, lamentable
Estoy como tú, Juan. Odio las verdades absolutas Y el relativismo...
En fin. Cuando encuentre las recetas orientales de Muñoz te aviso para que quedemos, OK?
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