arce que te quiero arce

Queridos compadres y compadras,

Hoy es el día. Síp. Ojito con el nene.

Antecedentes: Hace la intemerata de tiempo (digamos que unos diez años -entonces, por cierto, me daba pavor eso de acordarme de lo que era yo hacía diez años; y ahora creo que podría recordar algo de hace veinte (qué escalofríos, dita sea, y eso que sé positivamente que algo recuerdo) yo no era un ser prácticamene esférico. Diríase que incluso tenía un tipín agradable. Oig, qué mono, decían; oig, qué agradable.

Todo sea dicho: sí, aún me veo el pene sin meter tripa (podría afirmarse que es mérito del miembro en sí mismo, pero no, la realidad es que tampoco estoy tan gordo), pero me ha crecido (agolpado, recrecido, reproducido) una tripa que empieza a dejar de ser graciosa para ser preocupante. Digamos que mi excelsa y maravillosa abuela no me dice lo de "qué fuerte está mi chico", sino que me mira de lado y llego a pensar que le falta llamarme "gordo mamón". Unos nueve kilitos.

Bien. Premisas sobre la mesa.

Postcedentes: Por segunda vez en mi vida voy a hacer (vamos a hacer, Mer y el nene, los dos) la "asombrosa dieta del jarabe / sirope de arce". Una cabronada digna de incluirse en los libros mas negros de la inquisición. ¿Qué efectos se supone que tiene? Veamos;

Uno: Es una dieta depurativa. Oséase, que uno se queda como la patena de limpico, reluciente por dentro, sin bífidus ni Coronados, como los chorros del oro; eliminas toxinas y maldades internas.

Dos: Se adelgaza la de Dios es Cristo en diez días. La otra vez que lo hice (aquella en la que juré por mi vida que nunca jamás volvería a pasar por el suplicio) me quité seis kilos.

¿Cómo?, ¿por qué?, ¿qué barbaridad es esa?, ¿estamos todos locos?, ¿cueces o enriqueces? Amigos, es que lo único que se ingiere durante esos diez días es un liquidajo compuesto de agua, zumo de limón y unas cucharadas del mentado jarabe / sirope de arce (efectivamente, arce, no confundan con el alce, el primo animal del maldito Rudolf).

Dicen los místicos que para liberarse de las malundrieces lo que hay que hacer es combinar la ingesta del maldito jarabe con lavativas (su sociable y carísima madre, con perdón), dejar de fumar durante esos diez días (la madre de la madre, por resumir) y no tomar café (cortadme las venas, mequetrefes!!!) ni bebidas gaseosas (¡juas!).

Voy a ir contando la experiencia día a día, conforme a una serie de parámetros que espero se me ocurran antes de terminar ésta frase. Ahora bien, sepan que sí tomaré café (solo, eso sí), fumaré como un carretero (o dos carreteros en un bingo) y alguna cocacola (light, claro) caerá.

Criterios:

- Estado Mental: Sí, sí... si se me va la pinza, si me siento espiritual, si quiero convertirme en el nuevo y liberador Vicks VapoRub.
- Estado Tripal: Ajá. Si me voy por la barranquilla, si todo lo contrario y parece que me he comido una tarta de corcho.
- Hambruna: Aunque parezca mentira, no todos los días quieres comerte a lo que sea por los pies.
- Anhelos: Esto es gracioso, durante los diez días que pasamos a cada uno se le venía al melón una obsesión alimenticia francamente extraña. Me explico: a un compañero de trabajo le traía por la calle de la amargura una buena ensalada, cuando es un ser completamente carnívoro; a Mer, el pan con queso; a mí una puta mandarina...

En fin, seguiremos informando.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No me recuerdes el pan con queso!!! Mierda...
Bueno. Lo estamos haciendo fenomenal. 9 días más y como dos "sífilis"...

Gloria dijo...

Euh... ¿y esto es bueno? Quiero decir, o sea, ¿sin comer 9 días? Eh... no sé.

Eso sí, la experiencia blogera será genial.

juank sinclair fantoba dijo...

Verás... lo hice una vez y me sentó bien. Reconozcamos que resulta raruno, pero qué le voy a hacer: la verdad es que da un poco de cosuna pero hay teorías para todo (en la red de redes), muy místicas, muy depurativas... en fin, iré actualizando.

JdMolay dijo...

Para quién no conozca a sinclar físicamente,he de aclarar que, no se si es debido al primer día del jarabe (espero que no), o si es por infundirse ánimos, cosa que me parece de lo más natural y loable en estos casos, más la proyección que hace de su físico no es para nada acertada. (y que conste que no es porque no quiera imaginar la proyección que hace él del físico del nene, considerablemente más grande y fuerte que el suyo)
Es mi primo, pero no por ello pierdo la objetividad. Lo único que le pasa es que es, a mucha honra, digno miembro del clan familiar, y su tripilla es la única que se preocupa de guardar para cuando no haya.

Con esto y aún y todo...Ánimo Pimo!!!

Anónimo dijo...

Sepa vd. que espero con ansia los resultados del experimento gastronómico. Mi abdomen ha temblado de miedo según leía el macabro plan de erradicación.