Un momento.



Sólo de ti se hace mi aire,
nada más que de ti,
de tus ojos de madera y fuego,
de tus labios de hiel y carbón.

Se quebró mi alma escuchando
la canción del viejo amanecer,
se perdió entre los pliegues de tu piel,
loca allí,
loca y revolviéndose con el ansia de la luna y la sal;
allí,
a tus pies,
allí buscándote como un faro ciego,
sin boca,
sin sangre,
sin más refugio que el recuerdo de la mar.

1 comentario:

Blanche dijo...

Que arte tienes mi alma
TAMARA