Mil vidas.


Mi hijo nació el 26 de febrero de 2007. Yo nací el 23 de septiembre de 1978. Mi mujer también nació ese mismo día. Qué lindo, pensamos después de aquel primer café. La vida se hace de casualidades que surgen de actos de los que no somos responsables. Qué simpáticas coincidencias. Ella es un poco más baja que yo y yo soy un poco más grueso que ella. A los ocho meses de aquel café en Oviedo quisimos casarnos y nos casamos. Mis padres quisieron a los suyos y los suyos quisieron a los míos. Ella quiso a mi padre y yo quise a su madre. Somos de provincias diferentes, me divierte su acento gallego y a ella le divierte el mío andaluz. La celebración fue muy simpática. Como todo en la vida. Como la fortuna, o los hados. Mi hijo murió el 28 de febrero de 2007. Era diferente. Le queríamos mucho, más de lo que se puede querer. Qué casualidades, qué poca fortuna. Mi mujer nació en Madrid el 23 de septiembre de 1978 y yo nací en Madrid ese mismo día. Mis padres adoptivos son andaluces, los suyos gallegos. Lástima no haber sabido hasta hoy, y sólo hasta hoy, que somos hermanos.

1 comentario:

José Moya dijo...

Oye, me ha encantado la historia. Al final dices "era totalmente predecible", pero no, no me lo he olido hasta llegar a la última frase.

mjvtzrko=Me Jode Verte Tan ZeRKa, Ogro.