Bombilias


Señoras, caballeros, señoritas, caballeritos, ésta es una foto de una bombilla. Concretamente de la bombilla que durante tantos años me ha estado acompañando en mis horas de antiestudio. Verán que es una bombilla que, muy dignamente eso sí, perdió el culo por mí. Por eso, y por otras tantas anécdotas que no vienen al caso, afirmo y reafirmo: que viva la madre que te parió, bombilla. Que la paz sea contigo y que, allá en donde repose tu alma de wolframio, el paso inexorable del tiempo sea simplemente una caricatura de la que partirse de risa.

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