s o ñ a r r e r a

He sido consciente del absoluto sueño que tengo en el momento en el que mi compañera (señora que raja ilimitadamente, que aguanta en el mismo párrafo hasta la extenuación, que no capta indirectas tales como "me estoy meando y NECESITO ir al cuarto de baño", que incluso es capaz de acompañarte hasta la misma puerta de los putos servicios y seguir hablando -chillando- a través de esta mientras uno llora desconsoladamente abrazado a la tacita preguntándose por qué Dios le ha dado lengua a ésta tía, coño. Es una perfecta pesada (cansiiiina) de las de telenovela, una chapista espectacular, capaz de agotar a Hermida, madre de la tipa esa de la rueca que se durmió treinta años y luego apareció su ahijado para despertarla metiéndole mano... hablaría estando muerta, segurísimo) ha empezado a mirarme raro hacia la mitad del coñazo que me estaba pegando ("Mis cosas de casa en mi nueva casa", Tomo 42, capítulo 637).

He notado que empezaba a bajar el ritmo de la perorata y de repente he sido consciente de que tenía un ojo cerrado, el otro completamente entornado y la frente arrugadísima en gesto de linda agonía. He dormido fatal, qué le voy a hacer. Y no tengo el cuerpo hoy para Faulkner, oigan.

Lo que más me impresiona es que aquí mi compa continúa en este preciso instante pegándosela a mi jefe, ser humano cuya mesa está situada a tres metros de mi sitio. Ahora mismo noto cómo él prefiere la muerte. Y yo me piro al excusado, sean tan amables.

6 comentarios:

Mer dijo...

Querido Sr. culo.
Me encanta su nueva imagen.

Para, creo que voy a vomitar dijo...

Y encima será de esas que no te dejan hablar, no? No puedo con ese tipo de personas.

Estoy seguro de que si tu jefe y tú le practicáis una traqueotomía con un pilot seguiría hablando...

Paciencia, hijo, paciencia...

Clarita dijo...

jejejeje conozco una chica igual, a raiz de ver una piedra en el suelo te puede hacer un discurso "breve" estilo fidel castro

Anónimo dijo...

Esto me recuerda a un curso de doctorado que tuve una vez. Éramos cuatro matriculados y ese día sólo fuimos dos (¡DOS!). El profesor era el aburrimiento encarnado, pero a un nivel que no os podéis imaginar, se limitaba a leer un tochazo, sin más, durante las tres horas que duraban las clases (con un único descanso). Además te animaba a que no tomaras apuntes porque lo tenías todo en un CD.
Después de varios minutos cabeceando y durmiéndome delante de sus propias narices (juro que no PODÍA evitarlo) va y me dice
-Te estás durmiendo
y yo, en un ataque de sinceridad:
-Sí, es que sus clases me aburren bastante
Y del corte que le dio lo dejó por aquel día.
Moraleja: en la medida de lo posible se sincero hasta ser hiriente en situaciones desesperadas. A largo plazo es lo mejor.

Blanche dijo...

pues hijo, con eso de que mi mesa hace esquina, yu con la puerta del despacho abierta no veo quien entre, me llebvo unos sustos...y como estoy de frente qa la pared , estoy de espaldas a mis compaeras que ven todo lo que hago en el ordenador y cuando cierro la pestaña y aparecen jefes/as compañeros/as por detras, meto unos brincos...
en fin , esas cosas que pasan BESOTES A TODOS

Eulalia dijo...

"Eso" no es una compañera, es una radio.
Al principio creí que hablabas de la novia con quien compartías tu vida, yo qué sé, y me parecía que por qué estabas con ella, si te daba tanto la barrila...
En fin. Que cambies de emisora aunque sea hiriendo sensibilidades...
Un beso