iquea



13.40 bien, bien. vamos a encargar la cocina, definitivamente. ay, qué ilusión; ay qué bien. tráfico. mierda de plaza de castilla, queso gruyer. 13.50 incorporación m-30, jodida incorporación. autobuses verdes. putos y más putos. 14.05 carretera de burgos. nacional uno. más tráfico. para cuándo los coches que vuelan. para cuándo un helicóptero (o en su defecto ametralladora para acojonar al personal). quiero una sirena (con su correspondiente luz azul parpadeante) para plantarla en el techo del coche, poner cara de mala hostia y hacerme el poli malo...

(acotación; ayer quedé fascinado: saliendo de mal comer en la cafetería de los suecosmontamuebles, me encontré de bruces con la clásica madre rubia platino, camiseta ajustada, pantalones violantes, tacones queyaquisieraelfari, colgajos plastificados de mil tamaños y colores, gafas de sol diademeras y etcétera, que agarraba a su chillante -jodidamente gritante- niño y le espetaba que callase -escupiese o matase-. hasta ahí todo normal: berrinche espantoso y agudísimo del zagal, madre encabronada y colega de la madre que, escéptica y orgullosa de su diu, se recrea con el espectáculo que está montando el pequeño joputa. en pleno jaleo, la madre señala a un guardia de seguridad (que estaba tan agustito, viendo pasar minutos y segundos y muchachas de buen ver) y le grita al niño amenazante: -"ojito que llamo al picoleto"-. impresionante. debería de haberme quedado allí a comprobar la respuesta del ser humanito, pero no tenía palomitas -ni kikos, adorables kikos- y, como seguidamente contaré, estaba ya con cierta prisa. en cualquier caso, qué didáctico, ¿eh?)

...14.25 llegamos a iquea y aparcamos mal. entramos en la macrotienda con la intención de llegarnos hasta la zona de las cocinas rápidamente. imposible. hay que seguir la línea amarilla (mago de coz). 14.30 llegamos a nuncajamás y, oh fausto, esperamos media horita hasta que nos atienden. 15.00 los suecos ya son españoles: empezamos a hablar con la amabilísima attendance sobre el presupuesto, los planos y el proyecto que ya teníamos. hay que cambiar dos cosas, nada más. qué amable es la señorita. esther. síp, un encanto. a los cinco minutos aparece silvia, que no sabe cuándo llega iván y que ella tiene que comer. a esther le parece fatal que iván llegue tarde y comentan lo malo que es iván. a los dos minutos aparece silvia de nuevo preguntando a esther que cuándo llega el pedido de los aargnann (o algo) que un cliente está esperando. esther cierra el programa de proyectos y abre el de pedidos. después de diez minutos silvia puede decirle a su cliente que los aargnann (o algo) llegarán en veinte días. 15.30 claudia, que aparece encendida y muy enfadada, le pregunta a esther que dónde está iván, a lo que esther le responde que hable con silvia, que está indignada. claro, con tal indignación (tamaño descaro de iván) qué menos que comentarlo entre las tres durante otros diez minutos. 15.45 cuando acabamos de conseguir cambiar los modelos de horno y microondas, esther recuerda que tiene una llamada pendiente. nosotros, que somos gente de bien, entendemos las prisas de esther, que una llamada es una llamada. 15.55 estando ya de vuelta nuestra adorable dependienta, retomamos el asunto del lavavajillas. claro, como esther trabaja únicamente en la sección de cocinas (para asombro de silvia, que acaba de llegar cagándose en la leche y sobre las mamás de los de los salones, que salen a las 14.30) no sabe cómo se integran susodichos electrodomésticos. esther llama a silvia, silvia a claudia y al rato aparece carlos, el puto amo de los lavavajillas. 16.05 o se integra o se compra en otro establecimiento. a tomar por el saco el lavavajillas integrado. cuando parece que estamos terminando, hablamos de la financiación. tarjeta iquea. no la tengo, ¡oh!. hay que hacérsela. 16.10 corro a la financiera y allí me sacan un dedo (delicada y amablemente, eso sí) porque no tengo una factura en donde aparezcan mi nombre y el número de cuenta. vuelvo a la sección cocinas, en donde esther está echándole una bronca considerable a iván, que acaba de llegar y pide mil perdones. esther imprime ni sé cuantísimas copias de la futura factura (agg...) y me emplaza para hoy. 16.25 armados con un par de sandwiches (después de la aventura de la madre castigadora) nos volvemos a madrid.

estimados lectores... en dos horas salgo para iquea. les mantendré informados.

sinclair, el reportero más dicharachero de barriosésuamo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tú sí que sabes divertirte. Otro día me llamas, ¿eh?

Gloria dijo...

no me puedo creer que el truco del picoleto siga funcionando (idea nº 1)

Todavía no entiendo que para pagar algo, o sea, algo en principio perjudicial para uno, tengas que demostrar que existes, que crees en la llave Allen y que rezas mirando a Suecia cada dos horas (idea nº 2)

¿Por qué las madres cachondonas con el pelo a lo Madonna se siguen empeñando en ser tan bordes cuando sus hijos sólo necesitan que les sawuen del colegio privado y que sus padres les miren como a seres humanos y no como a otro enser de la casa? (opinión nº 3 y última)