Anécdota 6: InvisibleMan...

Anécdota: Sábado noche (feever!), rondarán las cuatro de la mañana y el Señor Curro acaba de llegar a casa (la de sus señores padres, por ende). El tipo lleva un carajal fantástico (cervezas, vinillo, pacharanes y cienes de copas rematando).

Como casi todo el mundo en situaciones de éste pelo el chico trata de hacer el menor ruido posible pero, dado el balanceo escoradísimo al que está sometido, se zampa un lechón de órdago contra una esquinera de la entrada. Su madre, alterada por el golpe, se levanta. A él, que oye que alguien se mueve, le entra el canguele lógico: Como me cacen con ésta melopea, soy un Curro muerto. Total, que con la poquísima destreza que aún le queda se mete en el salón. Su madre, que ya se ha plantado las pantuflas y la bata, comienza el trasiego por el pasillo.

Y entonces ocurre. Acaece.

¿Qué mejor manera hay en el mundo para pasar inadvertido, para que nadie sepa que estás? Pues coño, es evidente: haciéndose invisible. ¿Y cómo se hace uno invisible? ¿Eh?

Fruto de la soberana mamada (con perdón) Currito logra quitarse TODA la ropa en los pocos segundos que transcurren hasta que su madre llega al salón.

Imagínense el espectáculo: Curro paseando con el badajo al viento y tan tranquilo por delante de su madre, y ésta, la pobre mujer, absolutamente flipada viendo cómo el Champion de su chavalín pasa por su lado en pelotas con toda la intención de tomarse un vasito de agua y echar un pis antes de acostarse.

1 comentario:

José Moya dijo...

:DDDD
Ya me la habías contado pero volverla a leer es fantástico.